lunes, 30 de mayo de 2016

Conociendo un país

En el día de hoy he caído en un pequeño detalle sobre el que hasta ahora no había caído, si centro este modesto blog en cuestiones organizativas sucederá: primera, me terminaré cansando de la recopilación de datos, estadísticas, precios...; segunda, os aburriré soberanamente. Es posible que pase una, la otra o incluso las dos.

Para poner un poco de remedio a tales inconvenientes voy a optar por diversificar el contenido. Acudiré a unas breves nociones históricas, que si bien pueden localizarse en diversas fuentes (enciclopedias, libros de Historia, Internet [descartaré inicialmente la que estáis pensando]...) en mi caso voy a acudir inicialmente a la 'versión originial', que no es otra que la que ofrece el propio Gobierno australiano. Hasta donde he podido buscar, no he encontrado una versión en castellano, así que os dejo indicada la inglesa que espero no tengáis muchos problemas en leer.

Como no puede ser de otra forma, el punto básico del que debemos partir es el del propio descubrimiento del país. La página web que os enlazo contiene una muy interesante aportación sobre este punto que os animo a leer. Me resulta muy llamativo comprobar, una vez más, que las labores exploradoras de las naciones europeas fue realmente impresionantes. No puedo evitar acordarme, sin ir más lejos, la que protagonizamos los castellanos a finales del siglo XV y que terminó con el descubrimiento de lo que posteriormente se denominó América. Esta fiebre exploradora se fue desarrollando durante las siguientes décadas y como fruto de ella a inicios del siglo XVII navíos mercantes holandeses ya bordearon las costas australianas.

Otro de los aspectos que destacan sobre el lejano país que me ocupa en este blog es el de la población aborigen. Si acudimos a nuestro Diccionario, la definición que se contiene es bastante descriptiva. El habitante de un lugar frente al que posteriormente se establece en él. Una cuestión que se ha venido repitiendo centenares de veces a lo largo de la Historia de la Humanidad, posiblemente con origen en la Prehistoria. Siendo esto así, parece haber un consenso para atribuir a esta palabra una especial conexión con Australia respecto de las personas que se encontraron allí los primeros exploradores europeos que desembancaron en tales tierras. Podría haberse utilizado también para los que habitaban las tierras americanas antes de la llegada de la expedición castellana de Cristóbal Colón, pero en este caso parece preferirse el término nativo. Aclaro que estas son meras disquisiciones terminológicas que no he podido contrastar oportunamente, así que espero vuestra comprensión.

A diferencia de otros países, el Gobierno australiano parece concienciado en fomentar el respeto de su población aborigen. En la propia página que venimos comentando hay un apartado específico sobre la herencia cultural de los indígenas australianos. Es algo digno de mencionar y valorar oportunamente. Conocer el origen de un pueblo y respetarlo debería ser siempre cuestión prioritaria que no siempre se ha tenido en cuenta.

Entre las ideas preconcebidas que tenemos de Australia, tantas veces escuchada en las clases de Historia y en diversos documentales, es que sirvió como lugar al que trasladar a los presos de las penitenciarías británicas. Esta idea se concibió a finales del siglo XVIII y según parece no fue fácil de llevar a cabo en un principio por problemas para elegir el lugar adecuado. Una vez allí establecidos la siguiente preocupación era qué hacer con los presos. La solución a esta inquietud llegó de la mano del Gobernador Philip, que ideó un sistema de trabajos forzados en virtud del cual atribuía diversas funciones según sus habilidades: fabricantes de ladrillos, carpinteros, enfermeras... No es un error, también hubo mujeres entre las desplazadas a las prisiones australianas, y no fueron en pequeño número. El veinte por ciento de los presos iniciales eran mujeres.

Finalizaré, de momento, esta 'sección' sobre datos interesantes al tiempo desconocidos con uno que quizás intuíais. Las lejanas latitudes australes también conocieron su 'fiebre del oro', fenómeno que motivó un importante flujo de personas que hasta allá se desplazaron con la idea de hacerse ricos. El propio Gobierno australiano reconoce en la web que no hay duda que "the gold rush" tuvo un impresionante efecto en la economía y el desarrollo del país. Si tenemos cuenta la 'corta edad' que por aquel entonces -allá por los años 50 del siglo XIX- tenía el 'nuevo país', no puede sorprender que realmente fuera una auténtica revolución la que se vivió en Australia.

viernes, 27 de mayo de 2016

Recopilando información

Como la elección del destino no va a ser sencilla, será especialmente recomendable buscar toda aquella información que me permita seleccionar qué hacer, dónde ir, qué visitar. Tomando como referencia la página web de la Oficina de Turismo de Australia comienzo a revisar las distintas opciones. Inicialmente me decanto por la versión en castellano, dejo para un momento posterior la english version cuando ya esté mentalizado en el desenvolvimiento en la lengua de William Shakespeare.

En el lateral izquierdo de la indicada website vemos un menú desplegable con interesantes 'elementos': Ciudades, Destinos Icónicos, Itinerarios y Tiempos de Vuelo. Llamo inicialmente la atención sobre el último de los comentados porque -tras un breve vistazo- compruebo que es una suerte de 'calculadora' del tiempo que se emplea en volar desde varias de las ciudades o 'zonas populares' de Australia. Por ejemplo desde Adelaida hasta Perth hay una distancia superior a 1.300 kilómetros que se recorre en un vuelo que tarda aproximadamente 210 minutos, es decir, 3 horas y media.

En un primer recuento, las ciudades que muestra (ordenadas alfabéticamente) son: Adelaida, Alice Springs, Brisbane, Broome, Cairns, Canberra, Costa de Oro, Darwin, Hobart, Melbourne, Perth, Sidney. Muchas de ellas me suena, pero poco más. Otras resultan perfectas desconocidas. La opción informativa que contempla el mencionado menú desplegable me temo que será un mero 'pildorazo', una idea desde la que partir para decidirte a elegir el destino. Efectivamente, selecciono al azar Broome y me comenta que se trata de un exótico pueblo perlero en la puerta occidental hacia la región de Kimberley de Australia Occidental (Western Australia) y aparece unas líneas más abajo una leyenda que te permite abrir una nueva pestaña en el navegador donde obtienes mayor información.

Los denominados destinos icónicos se concretan en los siguientes: Alpes Australianos, Byron Bay, Cordillera Flinders, Freycinet, Gippsland, Gran Barrera de Coral, Isla Canguru, Isla Fraser, Great Ocean Road, Región de Kimberley, Región de las Montañas Azules, Reservas Naturales de Tasmania, Ningaloo, Parque Nacional de Namadgi, Parque Nacional Kakadu, Red Centre. Me atrevo a anticipar que la mayoría de los destinos enumerados merecen la pena su visita, al tiempo que aseguro con un nivel de certeza superior al 100% que eso no será posible.

En el apartado itinerarios nos muestran opciones variadas que van desde conocer la Australia aborigen hasta los viajes de aventura, las visitas a la costa (teniendo en cuenta que es una isla, las opciones se multiplican), los descansos en ciudad o la versión de exploración de la Naturaleza australiana. Evidentemente no los he nombrado todos porque estoy seguro que la sola presión de las teclas me provocaría unas ganas tremendas de apuntarme a cada uno de los itinerarios.

Sin perder de vista todo lo anterior, hay un dato que no conviene olvidar: el clima. Su tamaño y su situación en la Tierra nos recuerdan que tendremos que cuidar mucho esta cuestión para evitar -en lo posible- sorpresas de última hora. El Gobierno australiano nos recuerda los datos que tenemos que tener en cuenta en cuanto a zonas climáticas, estaciones, temperaturas...

La tarea que se presenta por delante es muy ardua y complicada, pero como tengo tiempo de sobra para la preparación, no me importa. No hay certeza que llegue a realizar este viaje alguna vez, pero si lo termino haciendo os puedo asegurar que la falta de información no será lo que me impida disfrutarlo.

Existe una opción que no se puede descartar, la página web que estoy tomando como referencia tiene una sección en la que se pueden consultar las posibles ofertas especiales disponibles. Hay que tener en cuenta que las mismas dependerán del idioma elegido para consultar el site, habrá momentos en que las que aparezcan estén conectadas con Gran Bretaña (consulta realizada el día 4 de junio de 2016), otras con Francia, unas terceras con países asiáticos... No he llegado a esta conclusión por mi elevado nivel de inteligencia, lo hice siguiendo el científico método 'acierto-error' que nos ha hecho avanzar durante varios cientos de años.

Una aclaración quisiera realizar en este momento para que nadie pueda llamarse a engaño. El hecho de mencionar como fuente de información una página web oficial no significa ni mucho menos que renuncie a otras pertenecientes a empresas privadas. Parte de la función que pretendo darle a esta entrada en particular y al blog en general es la de localización de información, que será utilizada y publicitada una vez que se confirme su calidad. No descarto, por otro lado, acudir a otros blogs de personas que -privada o profesionalmente- se dedican a realizar comentarios o aportaciones sobre viajes y destinos turísticos. Por su puesto que si acudo a tal fuente será porque previamente habré pedido permiso a los autores de los posibles blogs.

martes, 24 de mayo de 2016

¿Por dónde empiezo?

Contemplando el mapa de Australia se ve sin dificultad que es un país inmenso, enorme, descomunal. Tal vez esta proyección ortogonal no lo parezca pero cualquier mapa que miremos tras una búsqueda por Internet nos revelará la dimensión del país.

Australia with AAT (orthographic projection)


Sabemos tan poco del mismo, debido en gran parte a su situación en la Tierra, tan lejano a nosotros, que nos quedamos -como casi siempre- en los tópicos. Tiene mucho desierto. La vida está en la costa, toda ella. Seguro que a poco que profundice, encontraré mil y una opciones en cada una de las provincias en las que se divide administrativamente el país (de oeste a este): Australia Occidental, Australia Norte, Australia Sur, Queensland, Nueva Gales del Sur, Victoria y Tasmania.

Llama poderosamente la atención las extensiones de tierra tan desiguales que tiene cada una de las indicadas divisiones. Posiblemente cada una de ellas por sí sola sería superior a la que tiene España. No puedo resistirme a comprobarlo.

En el caso de Australia Occidental, la información oficial que he localizado indica que tiene una superficie de 2'5 mill. km2. Para Australia Norte, la superficie es de 1'3 mill. km2. En el caso de Australia Sur, más de 978.000 km2. El territorio que ocupa Queensland es de 1'7 mill. km2. Corresponde a Nueva Gales del Sur una porción de más de 800.000 km2. La cuota territorial de Victoria llega hasta más de 227.000 km2. Finalmente el territorio de Tasmania alcanza más de 64.000 km2.

Nuestro querido país tiene una superficie aproximada de más de 504.000 km2 lo que nos permite ir haciendo algunas rápidas comparaciones. Podríamos ser un territorio más de Australia, situándonos sólo por delante de Victoria y Tasmania. Alucinante.

Los trámites previos siempre son necesarios. En este caso, como en otros destinos, la documentación para viajar no conviene descuidarla. Obligado resulta acudir a las instancias oficiales para obtener la documentación adecuada. Nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores tiene una completa guía en la materia con todas las cuestiones que pueden surgirte tanto antes de viajar como una vez que estés en el destino. Para el caso concreto de Australia en este enlace tenemos las recomendaciones que nuestro Gobierno realiza. También tenemos la opción de buscar la información directamente en las instancias del país de destino, pero es posible que el idioma de las citadas páginas se vuelva un problema añadido.

En mi caso en principio no tendría muchos problemas en este aspecto porque mi viaje sería de ocio y sin más pretensiones que conocer este inmenso país con forma de gigantesca isla. El primer problema sería saber el destino inicial en el que desembarcar y planificar los posteriores destinos. Un segundo problema estaría en el tiempo necesario para hacer un 'viaje decente', y no es ésta una expresión elegida al azar. Si tenemos en cuenta que el vuelo de ida y el de vuelta acumulan -como poco- unas treinta y seis horas (día y medio), es evidente que lo mínimo sería planificar un viaje de dos semanas sabiendo que pierdes día y medio en idas y venidas, sin olvidar el correspondiente jet lag que en este caso sería muy importante al cruzar varios husos horarios hasta situarte en la otra punta del planeta. El tercer problema es tan evidente que no lo comentaré en exceso. El coste del viaje y los gastos a realizar durante la estancia. Omitiré cifras para no desanimarme, pero soy consciente de que se tratará de una suma importante.

lunes, 23 de mayo de 2016

Buscando motivos


Las decisiones sobre viajes a veces no llegan de manera voluntaria, surgen. Otras veces sí que son voluntarias, planificadas y organizadas de manera concienzuda.

Si me preguntan el motivo por el que a día de hoy estoy planificando un viaje de este nivel, no lo sé decir. De manera casual en mi navegador de Internet he señalado la web del Australian Open y he pensado que me gustaría alguna vez ir a ver un partido. ¿Y por qué no se me ocurriría pensar en ver en directo un partido de Roland Garros o de Wimbledon? También lo tengo en mente, pero hoy la cuestión ha surgido así. Como de todas formas es una tarea complicada por muy diversos factores, que ahora no describiré, es muy posible que termine acudiendo antes a una de las otras citas tenísticas comentadas.

Quienes se mostraran contrarios a este eventual viaje sin duda que alegarían multitud de motivos para convencerme de abandonar la idea de viajar, desde la distancia a recorrer y las horas de vuelo necesarias para llegar (y para volver), sin olvidar la sucesión de escalas que serían necesarias. Por supuesto que no faltaría tampoco el argumento relativo a que hay, como mínimo, decenas de países más cercanos que tendría que visitar previamente a semejante 'pechá' de kilómetros por recorrer.

En cualquier caso os anticipo que si llegaran a darse los condicionantes oportunos, pocas razones me detendrían para llevar a cabo el viaje.