En el día de hoy he caído en un pequeño detalle sobre el que hasta ahora no había caído, si centro este modesto blog en cuestiones organizativas sucederá: primera, me terminaré cansando de la recopilación de datos, estadísticas, precios...; segunda, os aburriré soberanamente. Es posible que pase una, la otra o incluso las dos.
Para poner un poco de remedio a tales inconvenientes voy a optar por diversificar el contenido. Acudiré a unas breves nociones históricas, que si bien pueden localizarse en diversas fuentes (enciclopedias, libros de Historia, Internet [descartaré inicialmente la que estáis pensando]...) en mi caso voy a acudir inicialmente a la 'versión originial', que no es otra que la que ofrece el propio Gobierno australiano. Hasta donde he podido buscar, no he encontrado una versión en castellano, así que os dejo indicada la inglesa que espero no tengáis muchos problemas en leer.
Como no puede ser de otra forma, el punto básico del que debemos partir es el del propio descubrimiento del país. La página web que os enlazo contiene una muy interesante aportación sobre este punto que os animo a leer. Me resulta muy llamativo comprobar, una vez más, que las labores exploradoras de las naciones europeas fue realmente impresionantes. No puedo evitar acordarme, sin ir más lejos, la que protagonizamos los castellanos a finales del siglo XV y que terminó con el descubrimiento de lo que posteriormente se denominó América. Esta fiebre exploradora se fue desarrollando durante las siguientes décadas y como fruto de ella a inicios del siglo XVII navíos mercantes holandeses ya bordearon las costas australianas.
Otro de los aspectos que destacan sobre el lejano país que me ocupa en este blog es el de la población aborigen. Si acudimos a nuestro Diccionario, la definición que se contiene es bastante descriptiva. El habitante de un lugar frente al que posteriormente se establece en él. Una cuestión que se ha venido repitiendo centenares de veces a lo largo de la Historia de la Humanidad, posiblemente con origen en la Prehistoria. Siendo esto así, parece haber un consenso para atribuir a esta palabra una especial conexión con Australia respecto de las personas que se encontraron allí los primeros exploradores europeos que desembancaron en tales tierras. Podría haberse utilizado también para los que habitaban las tierras americanas antes de la llegada de la expedición castellana de Cristóbal Colón, pero en este caso parece preferirse el término nativo. Aclaro que estas son meras disquisiciones terminológicas que no he podido contrastar oportunamente, así que espero vuestra comprensión.
A diferencia de otros países, el Gobierno australiano parece concienciado en fomentar el respeto de su población aborigen. En la propia página que venimos comentando hay un apartado específico sobre la herencia cultural de los indígenas australianos. Es algo digno de mencionar y valorar oportunamente. Conocer el origen de un pueblo y respetarlo debería ser siempre cuestión prioritaria que no siempre se ha tenido en cuenta.
Entre las ideas preconcebidas que tenemos de Australia, tantas veces escuchada en las clases de Historia y en diversos documentales, es que sirvió como lugar al que trasladar a los presos de las penitenciarías británicas. Esta idea se concibió a finales del siglo XVIII y según parece no fue fácil de llevar a cabo en un principio por problemas para elegir el lugar adecuado. Una vez allí establecidos la siguiente preocupación era qué hacer con los presos. La solución a esta inquietud llegó de la mano del Gobernador Philip, que ideó un sistema de trabajos forzados en virtud del cual atribuía diversas funciones según sus habilidades: fabricantes de ladrillos, carpinteros, enfermeras... No es un error, también hubo mujeres entre las desplazadas a las prisiones australianas, y no fueron en pequeño número. El veinte por ciento de los presos iniciales eran mujeres.
Finalizaré, de momento, esta 'sección' sobre datos interesantes al tiempo desconocidos con uno que quizás intuíais. Las lejanas latitudes australes también conocieron su 'fiebre del oro', fenómeno que motivó un importante flujo de personas que hasta allá se desplazaron con la idea de hacerse ricos. El propio Gobierno australiano reconoce en la web que no hay duda que "the gold rush" tuvo un impresionante efecto en la economía y el desarrollo del país. Si tenemos cuenta la 'corta edad' que por aquel entonces -allá por los años 50 del siglo XIX- tenía el 'nuevo país', no puede sorprender que realmente fuera una auténtica revolución la que se vivió en Australia.
Para poner un poco de remedio a tales inconvenientes voy a optar por diversificar el contenido. Acudiré a unas breves nociones históricas, que si bien pueden localizarse en diversas fuentes (enciclopedias, libros de Historia, Internet [descartaré inicialmente la que estáis pensando]...) en mi caso voy a acudir inicialmente a la 'versión originial', que no es otra que la que ofrece el propio Gobierno australiano. Hasta donde he podido buscar, no he encontrado una versión en castellano, así que os dejo indicada la inglesa que espero no tengáis muchos problemas en leer.
Como no puede ser de otra forma, el punto básico del que debemos partir es el del propio descubrimiento del país. La página web que os enlazo contiene una muy interesante aportación sobre este punto que os animo a leer. Me resulta muy llamativo comprobar, una vez más, que las labores exploradoras de las naciones europeas fue realmente impresionantes. No puedo evitar acordarme, sin ir más lejos, la que protagonizamos los castellanos a finales del siglo XV y que terminó con el descubrimiento de lo que posteriormente se denominó América. Esta fiebre exploradora se fue desarrollando durante las siguientes décadas y como fruto de ella a inicios del siglo XVII navíos mercantes holandeses ya bordearon las costas australianas.
Otro de los aspectos que destacan sobre el lejano país que me ocupa en este blog es el de la población aborigen. Si acudimos a nuestro Diccionario, la definición que se contiene es bastante descriptiva. El habitante de un lugar frente al que posteriormente se establece en él. Una cuestión que se ha venido repitiendo centenares de veces a lo largo de la Historia de la Humanidad, posiblemente con origen en la Prehistoria. Siendo esto así, parece haber un consenso para atribuir a esta palabra una especial conexión con Australia respecto de las personas que se encontraron allí los primeros exploradores europeos que desembancaron en tales tierras. Podría haberse utilizado también para los que habitaban las tierras americanas antes de la llegada de la expedición castellana de Cristóbal Colón, pero en este caso parece preferirse el término nativo. Aclaro que estas son meras disquisiciones terminológicas que no he podido contrastar oportunamente, así que espero vuestra comprensión.
A diferencia de otros países, el Gobierno australiano parece concienciado en fomentar el respeto de su población aborigen. En la propia página que venimos comentando hay un apartado específico sobre la herencia cultural de los indígenas australianos. Es algo digno de mencionar y valorar oportunamente. Conocer el origen de un pueblo y respetarlo debería ser siempre cuestión prioritaria que no siempre se ha tenido en cuenta.
Entre las ideas preconcebidas que tenemos de Australia, tantas veces escuchada en las clases de Historia y en diversos documentales, es que sirvió como lugar al que trasladar a los presos de las penitenciarías británicas. Esta idea se concibió a finales del siglo XVIII y según parece no fue fácil de llevar a cabo en un principio por problemas para elegir el lugar adecuado. Una vez allí establecidos la siguiente preocupación era qué hacer con los presos. La solución a esta inquietud llegó de la mano del Gobernador Philip, que ideó un sistema de trabajos forzados en virtud del cual atribuía diversas funciones según sus habilidades: fabricantes de ladrillos, carpinteros, enfermeras... No es un error, también hubo mujeres entre las desplazadas a las prisiones australianas, y no fueron en pequeño número. El veinte por ciento de los presos iniciales eran mujeres.
Finalizaré, de momento, esta 'sección' sobre datos interesantes al tiempo desconocidos con uno que quizás intuíais. Las lejanas latitudes australes también conocieron su 'fiebre del oro', fenómeno que motivó un importante flujo de personas que hasta allá se desplazaron con la idea de hacerse ricos. El propio Gobierno australiano reconoce en la web que no hay duda que "the gold rush" tuvo un impresionante efecto en la economía y el desarrollo del país. Si tenemos cuenta la 'corta edad' que por aquel entonces -allá por los años 50 del siglo XIX- tenía el 'nuevo país', no puede sorprender que realmente fuera una auténtica revolución la que se vivió en Australia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario